En tu ausencia recobro el placer
como tu mejor herencia,
de dotar de magnificencia a lo pequeño,
de elevar a supremo lo simple,
de enconrar parentesco a las flores
y de recorrer los tiempos a lomos de un nautilus.
Al marchar me regalaste ese paso cierto y esa mirada precisa
que a tu lado no supe apreciar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario