Me dormí la vida por miedo a vivirla;
bajo la almohada sepulté mis sueños;
me ahogué en la aciaga locura
que mezcla la ilusión con lo palpable.
Un día inopinado me levanté,
saludé a la vida,
hilvané los pasos,
puse plomo a los sueños
y sembré las horas de certeza.
Lo que más me gusta de este poema es que cierra con optimismo, con oportunidad de empezar de nuevo. Me encantó!!!
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