2-La Noche
Un día ocurrió que por un rato, se eclipsó la luz en la pista de baile.Yo hice ingentes esfuerzos por lucir de nuevo sin conseguirlo.¡ Esto era insólito!, pero no doloroso como lo eran las batallas contra las sombras en cada ocaso, no, era un rendirse dulce, con cierta curiosidad.... de pronto, otra vez lucí y, antes de terminar su nueva cabriola mis partículas, otra vez la noche. Y otra vez y otra y otra el mismo vaivén loco. Yo estaba algo
mosca, así que en uno de esos intervalos, haciendo un gran esfuerzo,¡ me encogí ! y desde allí, fuera del alcance de la fuerza, lo ví: era un ser gigantesco, que agitaba un apéndice arriba y abajo, frenético. Haciendo una pirueta, me proyecté con fuerza sobre uno de sus descomunales ojos y retrocedió con desagrado.
_ Dime quién eres o acabarás sin distinguir ni un árbol.
_Soy Nauj, pertenezco a la tribu Anamuh, que vive río abajo y me he perdido, porque soy muy joven.
_ Muy joven, dices, ¿cuánto tiempo hace que vives?.
_ Siete años.
_ ¿Siete años luz?. Pues eres bastante viejo, pero aún así yo ya estaba aquí danzando.
_ No sé si son de luz o qué, mi mamá dice que tengo siete primaveras, pero digo yo que también tendré siete veranos y sus correspondientes otoños e inviernos, que son inevitables para que llegue una nueva pri-mavera.
_ ¡ Sí eres joven, pues, sí !, casi tanto como esa nutria que está retozando en el río ,y me das pena porque has vivido poco aún. Mírame a mí, yo soy hijo del sol, nací casi con él y me quedan muuuuchos años luz hasta que mi padre se canse de lucir.
_ Mira, mira, no vayas presumiendo, porque por lo que dices, y aunque no sé qué es eso de años luz, el caso es que te pierdes muchas cosas.
_ Anda,¡ que gracia!,yo que con mi luz lo ilumino todo y a todo doy vida.
_ Pues sí, mira, si yo elevo la palma de mi mano así, ves, ya te he reducido a la mitad y esta arañita ya no puede seguir tejiendo.
_ Ja, ¡Ves como sí lo hace!. Eres tonto, ¿ no sabes que tengo más hermanos y hermanas ?.
_ Sí, sí, todo lo que tú quieras, pero si no fuera por ellos tú no eres nada y yo, sin embargo, que levanto tan poco del suelo y que estoy lejos de mi familia, te hago palidecer con sólo levantar un dedo. Eso sin contar que lo que tú llamas sombras y que crees que son tus enemigas, también son bellas y allí viven otros rayos parecidos a los tuyos, pero plateados, que los Anamuh apreciamos mucho. Bajo su luz, dice mi madre que nosotros hacemos las locuras más hermosas y al lugar de donde provienen le llamamos Luna y el mar, bajo su influjo, se estremece tanto que sus olas se estiran y se encogen de alegría, saltando hacia el cielo, altas y luego, de la risa, se encogen mucho, mucho, alejándose de la playa para jugar con sus amigos ocasionales, los rayos plateados, todos ya lunáticos perdidos.
Y además, mis padres me han contado que yo soy hijo de la Luna, aunque eso es una forma de hablar, para decir lo bonita que es su luz, que hace a nuestra especie unirse en el amor, o eso es lo que me han explicado.
_ ¿ Y dices que sus rayos son de materia de sombras?
_ Pero ¡ Qué sombras ni que ocho cuartos!, mira, tu luz ilumina mi ojo, a la arañita, a lo pequeño, pero esa bola tan blanca, irradia tanta luz que ella sola ilumina todo el firmamento y envía a las estrellas a dormir.
_ Pues vaya gracia que me haces viniendo a contarme historias sobre otras luces hermanas que nunca puedo conocer.
Anuj se quedó pensativo por un buen rato.....
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