domingo, 23 de octubre de 2011

Río Ebro

Él es en la distancia dragón dormido,
prodigio de los contornos,
señor incontestable de los valles,
de los campos de verde de ensueño
que beben  en sus riberas,
de las disciplinadas cepas
en intercambio de savia con la tierra.
Proxeneta de los montes grises del desierto
a  los que seduce con promesas de fertilidad
que nunca llega.
Él ciñe pueblos y villas
y tiende puentes sutiles entre culturas
que por su voluntad, siempre fueron una.
Él parte en dos augustas ciudades
y atraviesa lagunas y pantanos,
discurrriendo manso o llorando tempestades
y cansado, duerme en el ancho lecho,
dándose al mar  amante en forma de flecha,
con calma inusitada
y con el deseo de fundir ADN´s líquidos.








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